El sagrado símbolo de la cruz gamada o swastika, conocido también como Fyrfos, Gletscherkreuz, Ugunskrusts, Lauburu, Yung-Drung y la “Cruz de los Ancestros”, o en realidad, el símbolo que todos estos nombres evoca, es la ideografía más antigua conocida, el cual ha sido hallado prácticamente en todos los continentes y en todas las culturas. Es el Hieros-glypho por excelencia, el signo sacro de todos los tiempos y de todos los pueblos y por ello, ha sido revestido con un profundo y polisémico simbolismo.
Este venerado signo, como sus innumerables variaciones, es una manifestación del Sol, tanto en su concepción física como espiritual. De allí su relación con otros emblemas solares, como el círculo, los anillos concéntricos, los espirales, el loto y a animales de naturaleza solar, como el caballo y el águila. Este símbolo expresa además el continuo movimiento de las fuerzas invisibles del cosmos y la rotación del eje polar del mundo, lo que se traduce en un amplio significado cosmológico y antropológico, por representar el valor de la transmutación universal y por ser la expresión de la fuerza cósmica creadora y eterna.
Desde la aurora de los tiempos, la swastika ha sido considerada como el símbolo de la Deidad de todas las Deidades, el Agnostos Theos, la Divinidad del Cielo, del Dios-Sol y de la Luz, y por lo mismo, asociado en el mundo indoeuropeo a Wotan, Zeus, Apolo, Baal, Agni, Indra y Buddha y a las tradiciones de brahmanes, jainas e incluso, de los primeros cristianos.
En la América Precolombina, se vincula con los dioses celestes –los “ancestros míticos”– y los héroes civilizadores y ha sido encontrada desde Chile a Norteamérica.
El Símbolo Sagrado del Sol. La historia milenaria de la swastika y sus representaciones en el planeta, es acaso la obra más completa sobre esta ideografía, donde se abordan sus significados antropológicos, filosóficos, mágico-religiosos y esotéricos. Edición limitada y numerada. Ediciones Tierra Polar. Madrid, Junio de 2014. 308 páginas.
Este venerado signo, como sus innumerables variaciones, es una manifestación del Sol, tanto en su concepción física como espiritual. De allí su relación con otros emblemas solares, como el círculo, los anillos concéntricos, los espirales, el loto y a animales de naturaleza solar, como el caballo y el águila. Este símbolo expresa además el continuo movimiento de las fuerzas invisibles del cosmos y la rotación del eje polar del mundo, lo que se traduce en un amplio significado cosmológico y antropológico, por representar el valor de la transmutación universal y por ser la expresión de la fuerza cósmica creadora y eterna.
Desde la aurora de los tiempos, la swastika ha sido considerada como el símbolo de la Deidad de todas las Deidades, el Agnostos Theos, la Divinidad del Cielo, del Dios-Sol y de la Luz, y por lo mismo, asociado en el mundo indoeuropeo a Wotan, Zeus, Apolo, Baal, Agni, Indra y Buddha y a las tradiciones de brahmanes, jainas e incluso, de los primeros cristianos.
En la América Precolombina, se vincula con los dioses celestes –los “ancestros míticos”– y los héroes civilizadores y ha sido encontrada desde Chile a Norteamérica.
El Símbolo Sagrado del Sol. La historia milenaria de la swastika y sus representaciones en el planeta, es acaso la obra más completa sobre esta ideografía, donde se abordan sus significados antropológicos, filosóficos, mágico-religiosos y esotéricos. Edición limitada y numerada. Ediciones Tierra Polar. Madrid, Junio de 2014. 308 páginas.