Alrededor de 13.000 años atrás la Tierra sufrió las devastadoras consecuencias de la captura de un cuerpo celeste o Luna. Este evento fue el Diluvio, del cual dan cuenta numerosos mitos y leyendas en todos los continentes. Aquel magno cataclismo fue la causa del hundimiento de la Atlántida y la destrucción de la primitiva ciudad-puerto de Tiahuanaco, la metrópolis de los viracochas.
De acuerdo a la tradición preservada por los araucanos en el cono sur de América, los sobrevivientes de este suceso fueron los lituches –denominados también como glyches–, es decir, el “principio de la generación de los hombres”, según informara el jesuita Diego de Rosales en su Historia general del Reino de Chile, Flandes Indiano (Ca. 1674). Así, las generaciones post-diluviales heredaron y adaptaron los símbolos y tradiciones de los lituches, los legendarios hombres-dioses conocidos en los Andes bajo el epíteto de viracochas o huaracochas, desde donde recrean su cultura y civilización.
Los relatos áureos de la tradición aborigen han expuesto además la sorprendente anticipación de la Gran Catástrofe y la supervivencia en el caso de los antiguos araucanos, en el “ThegTheg, el tonante, o el centellante, que tenía la virtud de fluctuar sobre las aguas”. Es decir, en un cherruve, un astra o vimana.
No obstante la cristianización y filtro de los misioneros, los mitos prehispánicos vertidos en las crónicas revelan no sólo fragmentos de la cosmogonía aborigen en torno a los dioses del firmamento sino también, la importancia del emblema de poder de las culturas andinas ostentado hasta el fin del Imperio de los Incas: El Topayauri o Vara de Tupa (Tauapácac-Ticci Viracocha), coronado con la estrella de piedra, el sagrado símbolo de Venus, la luz más bella para las culturas prediluviales.
Los lituches. Los hombres-dioses de la tradición del sur del mundo. Prólogo de Erich von Däniken. Segunda edición, corregida y aumentada. Edición limitada y numerada. Ediciones Tierra Polar. Santiago de Chile, Julio de 2015. 162 páginas.