viernes, 19 de noviembre de 2021

El origen antártico de la civilización

 

Los más grandes estudiosos del pasado americano han observado el origen del hombre en el continente y su irradiación hacia otras latitudes del globo. Son los fundamentales trabajos de Francisco P. Moreno (1882), Emeterio Villamil de Rada (1888), Arthur Posnansky (1945) y nuestro Roberto Rengifo (1919).

Mientras Moreno constató la existencia del Núcleo Zoogénico Antártico, región geomorfológica desde donde emanaron diversas formas de vida orgánica, Villamil de Rada, por su parte, comprobó la irradiación del sustrato civilizador a partir de una extraordinaria perspectiva mítico-filológico-lingüística. Posnansky, en tanto, constató la antigüedad del hombre americano y su difusión continental. Y Rengifo, por último, postuló el origen polar antártico del hombre y su evolución en América, de sur a norte.

Aun cuando Rengifo aplica la noción evolucionista, su observación difiere de la ortodoxia antro-arqueológica pues el génesis del hombre no se haya en África sino en el extremo sur de América Austral y la Antártida. Aún más: El hombre no es de raza negroide sino blanca.

Son los cauques-chilis, o chiles, conocidos posteriormente en el altiplano andino bajo el epíteto de viracochas (huaracochas). Los Dioses Blancos de América.

Es la humanidad blanca pre-nórdica, los arios, irradiados a escala global. Su expansión explica la similitud de símbolos, mitos, construcciones megalíticas y la presencia de los restos de cráneos dolicocéfalos –el tipo arya de India y el Tíbet y el Cro-Magnon de Europa–.

En el presente texto el profesor Rengifo esboza las etapas del desarrollo –“evolución”– del hombre en Chile y América de sur a norte y expone una sucinta interpretación de la iconografía de la fabulosa Puerta del Sol de Tiahuanaco –la metrópolis de los viracochas o Dioses Blancos– y de su figura central, el Señor del Mundo.

El origen antártico de la civilización (1920). Por Roberto Rengifo. Cuadernos de Divulgación Histórica. Número 51. Ediciones Tierra Polar. Santiago de Chile, Julio de 2020. 12 páginas.