jueves, 28 de septiembre de 2017

Irminsul. Simbolismo en torno al origen de la raza polar



Abundante evidencia arqueológica se opone directa e irrebatiblemente a las nociones establecidas por la historiografía ortodoxa en torno al origen del hombre y el desarrollo de la cultura –Kult-Ur, la Cultura Primigenia– y los movimientos migracionales y poblaciones en los sucesivos ciclos del planeta. Esto, pues se ha cimentado un auténtico dogma científico sobre cada uno de estos campos, estableciendo el pretendido origen en África del hombre a partir de un asumido proceso de evolución. ¡Vaya confrontación con las tradiciones ancestrales de las civilizaciones en los Andes, Himalaya y Germania!

Desde la más remota antigüedad, las culturas solares y panteístas arianas de América-Huitramannaland, Europa y Asia, han considerado al Árbol como un símbolo de la vida y de sus ciclos. En este sentido, el culto del Árbol Sagrado se descubre en grupos culturales a escala global a través de considerable iconografía en la cual se plasma su naturaleza polisemántica que evidencia el reconocimiento y veneración del Árbol.

En consecuencia, la abundante presencia de la ideografía del Árbol Sacro –evocación de la Columna Invisible– es una resonancia del origen polar que luego fue preservada y difundida por los míticos Caminantes de la Aurora, es decir, los descendientes de la raza polar –surgida del Polo Ártico de acuerdo a Lokmaya Bal Gangadhar Tilak y del Polo Antártico según Roberto Rengifo–.

Irminsul. Simbolismo en torno al origen de la raza polar. Ediciones Tierra Polar. Santiago de Chile, Septiembre de 2017. 60 páginas.